
Muestra de diferentes semillas hortícolas
Una semilla es la esencia para futuras generaciones, con la experiencia del pasado y la capacidad de crear pequeños cambios de adaptabilidad para el futuro.
¿Qué es una semilla?
A primera vista al observar una semilla lo que vemos es la cubierta seminal. Puede tener distintos colores, formas y texturas, estas variantes se deben a la evolución que ha tomado cada especie para facilitar su diseminación y asegurarse el éxito en la propagación.
El episperma o cubierta seminal protege a la semilla de agresiones externas y permite que la semilla esté en un estado latente, que puede durar unos meses o varios años según sea la temperatura y la humedad en las que se vea sometida.
En el interior de la semilla encontramos las tres partes esenciales de una planta adulta: raíz embrional, tallo y primera o primeras hojas (cotiledones).

Brote de cebolla de Figueres, un ejemplo de semilla monocotiledonea
La raíz embrional es la primera parte del interior de la semilla que se activa cuando ésta recibe la información que las condiciones ambientales son las idóneas para la germinación.
El tallo es la parte que une la raíz embrionaria con los cotiledones o cotiledón y por regla general, va en dirección contraria a la gravedad y sirve para el transporte de nutrientes de la planta. Los cotiledones son las primeras hojas que la semilla desarrolla, algunas semillas tienen uno y otras dos. Según sea el número de cotiledones, reciben distinto nombre. Monocotiledoneas en el caso de tener uno (ejemplo: cebolla, maíz, trigo), y dicotiledóneas las que poseen dos (ejemplo: tomate, melón, haba).
Toda semilla, también contiene una reserva de energía para poder desarrollarse con éxito. En nuestras hortalizas encontramos dos maneras distintas de almacenar esta energia: albuminadas y exalbuminadas.
En las exalbuminadas esta energía está guardada en los cotiledones como sería el caso de las habas. Y en las albuminadas esta energía reside en lo que se llama endosperma, un buen ejemplo es el maíz. Esta reserva de energía tiene como fin permitir un buen desarrollo del embrión en el paso de estado latente a planta germinada.
Algunos motivos para guardar semillas

Semillas de Abelmoschus esculentus
A través de las selección de semillas conseguiremos preservar la diversidad de las plantas hortícolas de nuestra zona de cultivo, de esta forma podemos seleccionar las plantas que mejor se adapten , ya sea por el tipo de tierra, las temperaturas o de la cantidad de agua de la que disponemos.
En la península Ibérica, de forma generalizada, podemos diferenciar el tipo de suelo en: arcilloso, calizo o silicio. Es importante saber sobre qué tipo de tierra trabajamos, ya que esto nos indicará cuales son las necesidades minerales más importantes a aportar en el suelo, y también nos sirve para saber cuáles son los cultivos que mejor o peor van a adaptarse a nuestro huerto. En caso de cultivar con sustrato empaquetado, muy común en huerto urbano, podemos leer el análisis químico en la etiqueta. (En la web Horticultor encontrarás sustratos y abonos ecológicos preparados concretamente para el cultivo en huerto urbano)
Las temperaturas son un factor importante a tener en cuenta cuando hablamos de semillas y zonas de cultivo. En la península tenemos ríos, montañas, desierto, sierras y zonas costeras que van del mediterráneo al mar cantábrico pasando por el océano atlántico. Sumando estos factores, se crean grandes cambios de temperatura en pocos kilómetros de distancia. Ésta es una buena razón para conservar las semillas de aquellas plantas que mejor se adapten a las temperaturas máximas y mínimas de tu zona.

Pequeña judía originaria del pueblo de Santa Pau en la zona volcánica de la Garrotxa, muy apreciada por su sabor exquisito
El agua, un elemento indispensable que va a condicionar otro rasgo genético que queremos preservar de nuestras plantas, este bien tan preciado y tan necesario para el desarrollo de nuestras queridas hortalizas. La falta de agua en algunas zonas de la península puede ser un buen condicionante para preservar las semillas de la planta que mejor se adapte. En otras zonas de la península encontraremos una situación completamente distinta, donde el exceso de agua o humedad creará la necesidad de guardar las semillas de las plantas más resistentes a los hongos.
Personalmente creo que una de las mejores maneras de empezar tú propia selección, será partiendo de plantas que llevan tiempo cultivándose en la zona. Date una vuelta por los huertos e intenta entablar conversación con algún hortelano y a lo mejor podrás conseguir algunas semillas o incluso que te regale el plantel que le sobre. También te podrá aconsejar de las hortalizas mejor adaptadas a tu zona de cultivo. Posiblemente te sorprenderá con la facilidad que podrás congeniar con otros hortelanos que disfrutan de esta pasión que es cultivar.
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