La col Kale se ha convertido en un cultivo popular debido a los muchos beneficios que aporta para nuestra salud. Como el resto de coles, deberemos evitar cultivarla durante los meses más cálidos. En este vídeo te mostramos algunos trucos para que consigas unas buenas coles Kale en tu jardinera. ¡Anímate a probarlas!
Llega el otoño y con él empieza la temporada de cultivo para un buen número de hortalizas que no aguantan bien los rigores del verano. La col Kale es uno de ellos.
Esta col de popularidad creciente es ideal para cultivar en jardineras. Tiene un importante desarrollo de raíces y por ello no nos crecerá tan bien sobre mesas de cultivo, dónde dispone de menos profundidad.

Una jardinera o cualquier otro recipiente con al menos 40 cm de profundidad y una buena tierra de cultivo nos garantizarán el crecimiento de las coles Kale.
En nuestro caso hemos preparado previamente la tierra de la jardinera con Astursubstrato, una excelente mezcla de humus, turba y perlita que garantiza que el sustrato de nuestras jardineras y mesas de cultivo tendrá todo lo que las plantas necesitan para desarrollarse con vigor.

¡En Horticultor.es encontrarás plantel de col Kale listo para trasplantar!
A la hora de escoger el lugar de plantación hay que tener en cuenta que las kale pueden alcanzar una altura de más de un metro. La planta no produce cabeza, o sea que no hay que esperar a que aparezca una para empezar a recolectarlas. Iremos arrancando las hojas de abajo a medida que vayan apareciendo nuevas hojas en la parte superior.
Una vez trasplantadas deberemos regar las plantas generosamente. Las coles kale precisan de humedad más o menos constante en la tierra, por lo que siempre mantendremos un punto de humedad, que en invierno nos será fácil de mantener si controlamos las jardineras un par de veces por semana.

Dejaremos una distancia de unos 30 cm entre las matas de col kale para que puedan desarrollarse bien
El principal enemigo de las coles, que nos pueden arruinar la cosecha cuando los plantones son todavía pequeños, son las orugas, babosas y caracoles. En tu huerto urbano no debería ser un problema, pero no está de más dar una ojeada a las coles durante la noche (mejor si has regado o ha llovido antes), para ver si hay inquilinos compartiendo contigo las hojas de las coles. En este caso basta con un poco de DDT (dedo índice y dedo pulgar juntos) para ir sacándolos uno a uno.

Un poco de vigilancia de las plantas durante las primeras semanas, para evitar una sobrecarga de orugas y caracoles, nos asegurará que puedan desarrollarse plenamente.
La col Kale se ha popularizado muchísimo en los últimos tiempos debido a la enorme cantidad de vitaminas y minerales que aporta. Un vaso de liquado de col Kale nos aporta toda la vitamina A y K de la que nos hace falta al día, además de aportarnos multitud de otras vitaminas y minerales, como manganesio, calcio, potasio, y un largo etcétera.
Sus hojas se pueden consumir de las formas más variadas. Son un ingrediente casi esencial de los populares batidos verdes, y se pueden comer tanto crudas en ensalada como cocinadas al igual que cualquier otra col.
¡Esperamos que este post os anime a cultivar un poco más de salud en vuestro huerto urbano!
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